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Isaías 43:1-5
1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. 3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.
Estas son palabras que Dios refiere acerca del pueblo de Israel, recordando el aprecio que Él tiene para con ellos, el valor que tiene el pueblo delante de los ojos de Dios, la forma en que Dios le ha amado, ha cuidado en medio de toda dificultad, lo ha protegido.
Aunque en ocasiones el pueblo de Israel se desviaba, cuando volvía su corazón a Dios, Dios lo envolvía en su amor, en su misericordia y les recordaba el alto valor, el alto aprecio que tenían delante de sus ojos.
De la misma manera en que Dios se refiere al pueblo de Israel, también se refiere a nosotras mismas. Lo que leíamos de Israel nos puede hablar a nosotras. Dios nos redimió de un pasado de dolor, de tristeza y nos trajo nuevas esperanzas.
Que hoy comiences a verte como Dios te ve: como una mujer de alto precio, de valor, de estima honorable y que recuerdes que Él te ama. Dios te bendiga.
Karla Ruíz
Pastora Comunidad Hosanna