Sembrado en el espíritu

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Gálatas 6:8-10

8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Esta porción de las escrituras se da en el contexto en que el apóstol Pablo está exhortando, direccionando y enseñando a la iglesia de Galacia para permanecer en el bien que es en Cristo Jesús y ahí él les está enseñando por medio de una semejanza de un principio natural un principio espiritual.

La ley de la siembra y la cosecha para establecer un principio espiritual que demuestra que:

1. Nuestra vida es una constante siembra, es decir que lo que hacemos, lo que dejamos de hacer, lo que hablamos incluso es un comportamiento que implica una siembra que posterior tendrá una cosecha es decir una consecuencia. Esta semilla que nosotros sembramos por medio de nuestra vida solamente puede ser:

• • Siembra en la carne, es decir haciendo nuestra propia voluntad y deseo.
  • Siembra en el espíritu, es decir haciendo la perfecta, agradable y buena voluntad del Señor es decir hacer el bien.

2. Cualquiera que sea nuestra decisión de vida tendremos una consecuencia, que desde este principio sería la cosecha:

• • La persona que decide vivir desde la carne, haciendo las obras de la carne que son manifiestas, tendrá una consecuencia de tristeza y angustia.
  • La persona que decide vivir conforme al espíritu, manifestando los dones del espíritu, tendrá una vida de gozo pleno.

Vivir haciendo el bien siempre en todo lugar y con todas las personas que tenemos relación pero sobre todo con la familia de la fe, Dios quiere que te vaya bien, decide vivir sembrando en el Espíritu.

León Narváez

Anciano Comunidad Hosanna