Obedientes a la Palabra de Dios

Génesis 12:1-3 (RVR) Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán bendita en ti todas las familias de la tierra.

Quiero contarte una historia, había un hombre que vive en las montañas, un día tuvo un encuentro con el Señor, le dio un trabajo y le dijo: sal todos los días de tu cabaña y empuja una roca con todas tus fuerzas. El hombre lo hizo por días, por meses, por años; pero un día el enemigo comenzó a poner pensamientos en su mente, esfuérzate menos, no estás logrando mucho empujando la piedra, no la estás moviendo, has fracasado en el trabajo que Dios te ha dado. Este, comenzó a meditar y dijo es cierto, he fracasado pero antes de dejarlo todo, decidió orar y dijo: Señor, siento que he empujado esa piedra con todas mis fuerzas por años, y no he logrado moverla. Ya no puedo más. Y le contestó, es cierto, has hecho tal como te dije, nunca te dije que la movieras, solo que la empujaras, ahora dices que has fracasado, pero mira, eres más fuerte, tus brazos y piernas están más fuertes.

Muchas veces pasamos procesos en nuestra vida, que parecen esa piedra que estamos empujando con todo el esfuerzo y vemos que la situación no cambia ni se mueve, tenemos que ser obedientes a la Palabra de Dios.

Abraham tenía una promesa, vete de tu tierra y de tu parentela, y te bendeciré y serás una nación grande. A pesar que tuvo errores, en el proceso dudó de la promesa pero fue obediente. Miramos a un Dios levantándolo junto a su familia y cumpliendo propósito.

El Señor cumplirá su propósito en tu vida, aunque te sientas desfallecer o fracasado. Si estás en medio de una adversidad, sigue empujando, Él se encargará de mover esa piedra.

Karina Porras

Pastora Comunidad Hosanna