Nuestro mayor anhelo

En la Escritura encontramos oraciones de hombres de Dios que marcaron un antes y un después en su vida, cómo la oración lo puede transformar todo.

En Éxodo 33:13-14 está la oración de Moisés donde le pide unos de sus anhelos más grandes y es que Dios caminara al lado de él; de no emprender nada sin Él y conducirse en el camino de Dios y dice así: Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta ente es pueblo tuyo. Y Él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

Es importante que podamos reconocer lo que Moisés está orando, su anhelo era andar en los caminos del Señor, en el que había un propósito central, que era conocerlo a Él.

Hemos venido hablando acerca de la importancia de desarrollar una cultura de intimidad para conocerle más. Cuando Jesús oró por sus discípulos les dijo, la vida eterna es conocer al Padre.

Es necesario que en cada decisión, en los momentos más trascendentales pero también, en los que representan detalles en nuestra vida, le conozcamos a Él, Su corazón y sus sueños para con nosotros.

Moisés quería conocerle por dos objetivos centrales, primero porque de esa manera iba a hallar gracia en su vida y encontrar el agrado de Dios. Es interesante cómo Él le responde porque toda oración conforme a Su voluntad tiene una respuesta; Mi Presencia irá contigo y te daré descanso.

Cuando consagramos el corazón a Dios y el mayor anhelo es conocerle, Su Presencia estará con nosotros y traerá descanso,  paz, estabilidad y confianza porque si lo tenemos a Él, lo tenemos todo.

Te animo a que cada vez que ores, lo hagas con el mayor anhelo que puede tener un hombre o una mujer que es conocerlo a Él.

Rubén Ulloa

Pastor Comunidad Hosanna