La promesa de la Eternidad
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Juan 10:27-28
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Nadie está destinado a perderse, pero el destino eterno depende de cada uno de nosotros en nuestra relación con Dios y poder meditar en su palabra día a día. Aquí podemos tomar dos aspectos importantes.
1. Tener la seguridad de escuchar su voz y responderle
Debemos de escuchar la palabra del Señor, porque por medio de ella Él nos habla Y poder conocerle el propósito y los planes de Dios a nuestra vida.
2. Tener esa promesa que Él nos da
Nadie podrá arrebatarnos sus promesas de nuestra mano, si permanecemos en Cristo, tendremos salvación y acceso a la vida eterna.
Hoy te invito y hago esta pregunta ¿Estás siendo obediente a la voz del Señor? ¿Estamos respondiendo a su voz cuando Él nos llama? hoy te invito a que podamos reflejar a Cristo en nuestra vida y podamos decir Señor quiero escucharte.
Jenny Tinoco
Pastora Comunidad Hosanna
