La palabra que me da hoy mi devocional Tiempo con Dios es Vida Viva
Leemos y meditamos: 2 Reyes 19:29-37
29 Y esto te daré por señal, oh Ezequías: Este año comeréis lo que nacerá de suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año sembraréis, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas.
30 Y lo que hubiere escapado, lo que hubiere quedado de la casa de Judá, volverá a echar raíces abajo, y llevará fruto arriba.
31 Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
32 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte.
33 Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová.
34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.
35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
36 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó.
37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.
Resumen del Pasaje Bíblico
Isaías profetiza que el pueblo de Judá volverá a segar lo que ha sembrado, y se multiplicarán. Esto servirá de señal: Asiria no entrará a Jerusalén, ni la podrá atacar, porque Dios amparará la ciudad para salvarla. En aquella noche sale el ángel de Dios para herir de muerte al ejército asirio. Senaquerib vuelve a Nínive, en donde es asesinado, y su hijo, coronado rey.