El gozo de la salvación

Salmos 51:10-12 (RVR) Crea en mí, Oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.

David, luego de haber fallado terriblemente expone su corazón, pide perdón y se arrepiente de su pecado. Es algo que debemos hacer constantemente, no desde un ámbito de culpa sino para una sanidad que Dios tiene para nosotros.

La petición es que Él cree un corazón limpio. En otras palabras, humanamente no tenemos la habilitación ni la forma de limpiar el corazón. Simplemente lo que hacemos es exponerlo al Señor y Él se encarga de limpiarlo. La Sangre de Jesucristo tiene la capacidad de cubrir nuestro pecado y de hacernos puros ante Él.

Lo que David está clamando es que el Espíritu Santo no lo abandone, Él ha experimentado lo que es tener intimidad con Dios, lo que es vivir en el secreto, y todas las situaciones que se desprenden de hacer Su voluntad.

En ese momento, él necesita volver a la posición donde Dios lo había puesto, antes de fallar. Siempre tendremos luchas y batallas con los deseos de la carne, pero hay esperanza porque Él siempre está dispuesto, que aún en medio de nuestros errores, Él nos va a limpiar para agradarle en todo.

El gozo de la salvación y un espíritu renovado es lo que nos permitirá abrirnos paso por encima de cualquier error, superando las limitantes y sobre todo con la claridad de tener un corazón limpio para el Señor.

No permitamos que nada nos detenga, ni que se dañe lo que Dios puso dentro de nosotros. Mas bien, constantemente nos presentamos delante de Él abriendo y exponiendo todo lo que somos para que podamos hacer su obra.

Que el Espíritu Santo nos escudriñe y limpie. Que podamos estar plenos experimentando diariamente el gozo que produce la salvación.

Moisés Torres

Pastor Comunidad Hosanna