El amor y las buenas obras

Una verdadera vida cristiana no es egoísta, es decir, el verdadero creyente tiene consideración prójimo, así lo dice Hebreos 10:23-24 (RVR)

Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión a nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros par estimularnos al amor y a las buenas obras.

Considerar a los demás es pensar en todos los que nos rodean, que también están atravesando adversidades y muchas de ellas de aflicción. Cuando pensamos en los demás, nos ejercitamos en la fe como decía Hebreos, firmes sin fluctuar en la esperanza en la cual, hemos sido llamados.

Pensar en los demás es importante en el ejercicio de nuestra fe y también para estimularnos al amor y a las buenas obras. Cuando recordamos que hay personas pasando situaciones difíciles, eso provocará amor en nosotros y el segundo mandamiento es, amar al prójimo como a ti mismo.

El amor provocará acciones en buenas obras. Nos haremos presente con una ayuda si tenemos la posibilidad de ayudar. Con un consejo oportuno que quizá le salve la vida o lo saque de un error porque a lo mejor sus corazones han sido llenos de quejas y reclamos. Hay que afirmarlos y levantarlos en su fe.

Oremos por ellos, esta es una de las muchas maneras de cómo Dios puede y quiere usarnos para manifestar su amor.

Karla Ruiz

Pastora Comunidad Hosanna