Decidamos adorar al Señor

Hoy en Vestidas de Honra, hablaremos acerca de "Decidamos adorar al Señor", comparte con otras mujeres este contenido de bendición.

[column width=”1/5″ title=”” title_type=”single” animation=”none” implicit=”true”]

[push h=”1″]

[/column]

[column width=”3/5″ last=”true” title=”” title_type=”single” animation=”none” implicit=”true”]

Decidamos adorar al Señor

Salmos 138:1 (TLA) Dios mío, ¡Quiero alabarte de todo corazón! ¡Quiero cantarte himnos delante de los dioses!

Esta fue la decisión en David no importando lo que estaba aconteciendo, atentando contra su vida, hizo una elección que no apagaría su amor y deseo por Él.

Cuando nos encontramos rodeadas de situaciones que abaten nuestra alma con tristeza, miedo, si somos sinceras, en algún momento deseamos abandonar nuestra relación con Dios y nos desanimamos, pero a la luz del ejemplo de David, podemos tomar gobierno en ese momento y decidir adorar al Señor.

Versículo 1 Quiero cantarte himnos delante de los dioses.

Versículo 2 Quiero ponerme de rodillas y orar mirando hacia tu templo; quiero alabarte por tu constante amor. Por sobre todas las cosas, has mostrado tu grandeza, has hecho honor a tu palabra. En ese ambiente que ha decidido en su corazón comienza a establecerse con seguridad.

Versículo 13 Te llamé y me respondiste; me diste nuevas fuerzas. Porque recuerda cómo actuó en el pasado y le da la seguridad que Dios le continuará ayudando. Cuando se genera esto en adoración, se comienza a contemplar la grandeza de Dios, se habilita para ver Su poder.

Versículos 4-7 Dios mío, ¡grade es tu poder! Te alabarán los reyes de este mundo cuando escuchen tu palabra y sepan todo lo que has hecho. Dios mío, tú estás en el cielo, pero cuidas de la gente humilde; en cambio, a los orgullosos los mantienes alejados de ti. Cuando me encuentro en problemas, tú me das nuevas fuerzas. Muestras tu gran poder y me salvas de mis enemigos. Se da la oportunidad de establecerse en un ambiente profético.

Versículo 8 Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones! La adoración es una vida con un corazón centrado en Dios, pero tiene los tiempos en los que nos recogemos a solas con Él y le contemplamos. Podemos estar muy convulsionados en nuestro corazón, pero la intimidad con Dios es liberadora, sana cualquier situación en el alma.

Hay un propósito en cada uno de nosotros y lo que acontece alrededor no determina si se cumple o no, Dios ya habló a nuestra vida.

Necesitamos crecer en la vida centrada en Dios, pero también esforcémonos en cultivar tiempos a solas con Él. Que esta palabra haya proporcionado sanidad a tu mente y corazón; que las situaciones no apaguen tu amor por Dios, la fe y la convicción en Su Palabra.

Karla Ruiz

Pastora Comunidad Hosanna

Si te gusto Decidamos adorar al Señor, te puede interesar Posicionadas en Cristo – Parte II.