Consolados para consolar

2 Corintios 1:3-4 (RVR) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Es impresionante poder leer esta Escritura, y darnos cuenta que aun en medio de todo el sufrimiento que nos causa este mundo, en momentos en los que no miramos la salida, el Padre de toda misericordia y bueno traerá consolación.

Es interesante porque no solo es sacar de un estado de tristeza a otro, sino que tiene que ver con fortalecer, ayudar y traer nuevas fuerzas. Lo que está diciendo es que no importa la situación, por más difícil que sea, el Padre que es bueno, nos fortalecerá. Pero no se queda ahí, sería muy egoísta de nuestra parte, que si el Padre nos ha consolado, ha mostrado su amor, nos lo guardemos y no lo expresemos a alguien más.

El Padre nos habilita hoy a hacer personas que llevemos consuelo a quienes más lo necesiten. El consuelo no es algo con lo que ya nacemos, sino que a través de las experiencias y de tener el amor de Dios, es que aprendemos a consolar.

Así que, si has atravesado momentos difíciles, el Señor te ha dado la salida y la victoria, y conoces a alguien que está en profunda angustia o dolor, no olvides que has recibido la fuerza y el amor suficiente para consolarlo.

Esto es algo donde Dios se manifiesta directamente, el consuelo que viene de Él, es el que vamos a transmitir a los demás. Hagamos el bien y manifestemos el consuelo al que lo necesita.

Moisés Torres

Pastor Comunidad Hosanna