Índice
- Introducción: El Propósito del Espíritu Santo
- El Testimonio en Jerusalén: Nuestra Comunidad Cercana
- Llenando Judea: Tocando a Nuestra Nación
- Abrazando a Nuestros Enemigos: El Desafío de la Iglesia
- Cruzando el Jordán: La Presencia de Dios en Medio de los Obstáculos
- La Tierra Prometida: Extender el Reino de Dios
- Conclusión: Lo Que Tenemos en Manos Será Usado por Dios
Introducción: El Propósito del Espíritu Santo
El Espíritu Santo juega un papel crucial en el establecimiento del Reino de Dios en la tierra. Muchas veces asociamos al Espíritu Santo con experiencias personales de crecimiento, profecía, o la unción que sentimos en momentos específicos. Sin embargo, el propósito principal del Espíritu Santo es empoderarnos para ser testigos, llevando el evangelio a cada rincón de la tierra.
El Testimonio en Jerusalén: Nuestra Comunidad Cercana
El primer lugar donde Dios nos llama a ser testigos es en nuestra Jerusalén, es decir, nuestra comunidad inmediata. Antes de ir más allá, debemos impactar a las personas que están a nuestro alrededor. Muchas veces, la gente no busca palabras, sino acciones que demuestren el amor y la presencia de Dios en sus vidas. Necesitamos preguntarnos constantemente: “Señor, ¿cómo vamos a tocar nuestra comunidad?”
Llenando Judea: Tocando a Nuestra Nación
Jerusalén representa nuestra ciudad, pero Judea representa nuestra nación. Dios desea que toda la nación sea llena de Su gloria, y la iglesia tiene un papel clave en esto. Debemos llevar el evangelio, no solo a nuestras comunidades locales, sino a toda nuestra nación, asegurándonos de que el poder y la gloria de Dios se manifiesten en cada rincón de nuestra tierra.
Abrazando a Nuestros Enemigos: El Desafío de la Iglesia
Uno de los mayores desafíos para la iglesia en estos tiempos es aprender a abrazar incluso a aquellos que consideramos enemigos. Dios no nos enviará a los confines de la tierra si primero no hemos tratado con aquellos con los que tenemos conflictos. Solo cuando logramos amar a quienes nos rechazan, estaremos listos para llevar el evangelio a todas las naciones.
Cruzando el Jordán: La Presencia de Dios en Medio de los Obstáculos
Dios nos llama a cruzar el Jordán, un símbolo de las barreras y los desafíos que enfrentamos al entrar en la Tierra Prometida. En la historia de Josué, Dios le pide que tome el arca del pacto y ponga los pies en el río, prometiendo que las aguas se detendrán. El arca del pacto representa la presencia de Dios, y cuando llevamos Su presencia, lo que antes parecía imposible se transforma en algo alcanzable.
“Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová… se asienten en las aguas del Jordán, las aguas… se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón.” – Josué 3:13
La Tierra Prometida: Extender el Reino de Dios
La Tierra Prometida representa más que una conquista física; es el cumplimiento de la oración de Jesús de que cada nación escuche el evangelio. Dios está con nosotros en este proceso, tal como estuvo con Josué y el pueblo de Israel. Aunque enfrentarán desafíos, la clave está en la obediencia y en llevar la presencia de Dios a cada paso.
Conclusión: Lo Que Tenemos en Manos Será Usado por Dios
Dios nos pregunta: ‘¿Qué tienes en tu mano?’. No importa cuán insignificante pueda parecer, Dios puede usar lo que tenemos para Su gloria. Es tiempo de confiar y avanzar, porque el Señor ya ha preparado la cosecha. Si tu visión no te desafía o te asusta, tal vez no sea lo suficientemente grande como para ser de Dios.
‘Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.’ – Hechos 16:31

